Futurismo

El futurismo es el primer movimiento artístico y fundamentalmente
italiano que se organiza como tal, se reconoce y se define en 1910 a través del
Manifiesto Futurista, que publica el poeta Filippo Tommaso Marinetti. Se busca
el escándalo, se admira la velocidad y la tecnología, las señas de identidad
del mundo moderno y pretende romper con el pasado. Nada del pasado merece la
pena ser conservado. Condenan a los museos, a los que considera como
cementerios. Pretenden, y valoran, la originalidad por encima de todo.
Este movimiento buscaba romper con la tradición, el
pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba
como elementos principales a la poesía, el valor, la
audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el
insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada
irreverente. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y
guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento,
lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin
de darle una expresión plástica.
Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea,
basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento. Se recurría,
de este modo, a cualquier medio expresivo (artes plásticas, arquitectura,
urbanismo, publicidad, moda, cine, música, poesía) capaz de crear un verdadero
arte de acción, con el propósito de rejuvenecer y construir de nuevo la faz del
mundo.
El poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti recopiló y
publicó los principios del futurismo en el manifiesto de 1909. Al año
siguiente los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Gino Severini firmaron el Manifiesto de los pintores
futuristas.
Sus obras se caracterizan por el color y las formas
geométricas, y la representación del movimiento y la velocidad, para ello
representan los objetos sucesivamente, pintándolos en varias posiciones, o
emborronándolos, un código que se ha popularizado en los cómic y los dibujos
animados. Tienden a utilizar colores puros. El futurismo llegará a la
abstracción a través del rayonismo.
Los futuristas
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Umberto Boccioni (1882-1916) que es, además, el teórico
del movimiento. Intenta representar los estados anímicos y el movimiento. Entre
sus obras destacan: Dinamismo de un ciclista, Dinamismo de una cabeza de
hombre, Dinamismo de una cabeza de mujer, La ciudad que crece, Estados del alma:
los que se van.
·
Carlo Carrá (1881-1966) quedará fascinado por la tecnología y los
espectáculos nocturnos. Entre sus obras destacan: Penélope, Ídolo hermafrodita,
Lo que me dijo el tranvía.
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Luigi Russolo (1885-1947) fue el que más se acercó a la abstracción.
Entre sus obras destacan: Perfume, La música, Recuerdos de una noche.
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Giacomo Balla (1871-1957) es el más fiel representante del futurismo.
Investigó los problemas de la luz y el color. Los ritmos del arco, Dinamismo de
un perro con correa, Niña corriendo en un balcón, Vuelo de golondrinas, Lámpara
eléctrica.
·
Otros futuristas son Gino Severini: Entre sus obras destacan: Autorretrato, La bailarina
obsesionante, Norte-Sur, Bailarina azul.
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Giuseppe Cominetti (Pronunciado
como guiusepe comineti): Amantes en el agua
·
Kasimir Malévich: El afilador de
cuchillos, y
·
Enrico Prampolini: Composición.
Los escultores
En las esculturas futuristas también se intentará
representar el movimiento. Para ello los planos se desarrollan en el espacio.
Los pintores futuristas son, generalmente, también escultores. Destacan Umberto Boccioni, quien más
cultivó la escultura.
Fotografía futurista
En el campo de la fotografía destacaron los hermanos Bragaglia y sus imágenes movidas, que ofrecen
tiempos sucesivos y trayectoria de los gestos, como en Carpintero serrando
o en Joven meciéndose.
Estética
Marinetti concibió esta nueva estética, inspirado en la patafísica de Alfred Jarry, en Remy de Gourmont y en
procedimientos estilísticos, que este movimiento literario, no asumió, respecto
de ninguna tradición formal, ni cultural previa. El futurismo fue llamado así
por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado (el llamado pasadismo),
y por considerar que los museos, en especial en Italia, eran sitios
equivalentes a los cementerios, donde la tradición artística común lo
impregnaba todo.
La estética futurista pregona una ética, de raíz
fundamentalmente machista, misógina y provocadora. Entre sus postulados se
dignifica la guerra como una fórmula para el sanamiento de un mundo anacrónico
y decrépito, y proscribe la argumentación sentimental o anecdótica.
Enunciados del futurismo.
Son tres
los enunciados principales en los que, de acuerdo con Marinetti, descansa la
concepción poética del Futurismo:
1. Las palabras en libertad;
2.
la
invención de palabras
3. y el dinamismo plástico.
Las palabras en libertad, la poesía va al encuentro de las
nuevas realidades, configurando, por vía imaginativa, una antitradición fundada
en la expresión de la vida contemporánea y su máximo símbolo, la máquina;
La invención de palabras, la creación se constituye en
realidad autónoma;
El dinamismo plástico indica que en la poesía las palabras
ocupan el lugar de lo que nombran, como si fueran cosas, de manera que el
significado pasa antes por la organización plástica de las palabras. Y no es
que se subordina a ésta, sino que es concomitante al nuevo sentido aportado por
esa organización.
El lenguaje se objetiva como si fuera un medio plástico; he
allí un elemento común a todos los movimientos poéticos que tienen su primer
ancestro en el Futurismo, desde los experimentos de los poetas del
constructivismo ruso, hasta el concretismo brasileño de los hermanos De Campos,
pasando por el letrismo de los años 50 y por el intertextualismo de los
experimentalistas de nuevo cuño.
Trascendencia del futurismo
La importancia que tuvo el futurismo, más allá de sus
méritos artísticos, consistió en crear una estética desde cero,
con lo que se hizo posible una profunda renovación de las técnicas y principios
artísticos, cuyas repercusiones aún se sienten. Fue uno de los primeros
"ismos" o vanguardias artísticas, y su valor como movimiento de
ruptura allanó el camino a otras corrientes que refrescaron el panorama
artístico en los albores del siglo XX.
Muchas de sus técnicas para "figurar, con medios
estáticos, el movimiento real" han sido incorporadas también al lenguaje de la historieta moderna.
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