Dadaísmo
El Dadaísmo surge con la intención de destruir todos los códigos y
sistemas establecidos en el mundo del arte. Es un movimiento antiartístico,
anti-literario y antipoético, ya que cuestiona la existencia del arte, la
literatura y la poesía. Se presenta como una ideología total, como una forma de
vivir y como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior.
En 1916, en el contexto de la Primera Guerra
Mundial cuando muchos jóvenes se cuestionan la lógica de una cultura que
permite hechos como ese, surge a la vez en Suiza y Estados Unidos el movimiento
Dadá.
El movimiento Dadá tiene la particularidad de no
ser un movimiento de rebeldía contra otra escuela anterior, sino que se funda
en un cuestionamiento de todo el marco conceptual del arte y de la literatura
de antes de la Primera Guerra.
El movimiento Dadá implica una actitud más que un
estilo, un planteamiento negativo y destructivo que propone la revisión de las
tradiciones y convenciones artísticas existentes hasta entonces.
Nace en la Suiza neutral en Zurich, refugio de
numerosos intelectuales y artistas, en las veladas poéticas del “Cabaret
Voltaire”. Aquí Tristán Tzara, Hugo Ball y Hans Arp, entre otros, eligen al
azar en un diccionario el término "dadá" que carece de un significado
especial, y que supone la utilización de la burla como arma artística capaz de
destruir los principios más arraigados.
Al tiempo en Nueva York, Picabia, Man Ray y Marcel
Duchamp, crean un grupo similar que utiliza la provocación y la ironía de forma
subversiva. En 1918 se unen a los europeos y el dadaísmo se extiende por toda
Europa. No tienen un programa coherente, pues su actitud es de rechazo contra
lo establecido y ello les conduce a la desmitificación de la obra de arte y su
concepto.
El grupo de Zurich
Suiza, a partir del estallido de la guerra en 1914,
se convierte en un centro de refugiados pacifistas de toda Europa. Allí se
encontraron todos los disidentes de otras escuelas previas, tales como el expresionismo
alemán, el futurismo italiano o el cubismo francés. En 1916, en
Zurich, un grupo de artistas instalaron en una cervecería un pequeño cabaret,
al que bautizaron como "Cabaret Voltaire".
Allí se
reunieron el filósofo Hugo Ball, el poeta Tristán Tzara, el pintor Marcel
Janco, ambos refugiados rumanos, y el pintor alsaciano Jeans (Hans) Arp. A
partir de ese encuentro comenzaron una serie de actividades en el cabaret así
como editaron la revista que llevaría el nombre de "Dadá".
Tristán Tzara pronto se convirtió en el promotor y
principal exponente del movimiento Dadá. Entre él y Hugo Ball dieron sustancia
a la teoría dadaísta.
Publicación aparecida en 1919.
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El origen del término Dadá es confuso y
controvertido. De acuerdo con la versión de Tzara y Ball, la palabra surge de
la casualidad: abriendo las páginas de un diccionario con la ayuda de un
cuchillo, el primer término señalado fue ese: dada. De acuerdo con otras
versiones, fueron los camareros del Café Terrasse, lugar donde se solían
encontrar estos artistas centroeuropeos, quienes identificaron primeramente al
grupo como dada: para esos camareros, las lenguas habladas por aquellos
emigrados eran incomprensibles, salvo la sílaba "da-da" ("sí, sí",
en ruso y otras lenguas).
En pocos meses los espectáculos del café Voltaire
fueron famosos en la ciudad Suiza. El espectáculo dadaísta había nacido,
cargado de provocación, tendencia agresiva, propuestas ilógicas y absurdas.
En 1917 Francis Picabia, un pintor francés, refugiado
también en Suiza entra en contacto con Tzara. Ambos darán sentido al Manifiesto
Dada de 1918, posiblemente el documento más importante del movimiento
dadaísta de Zurich. Tras el fin de la guerra, el dadaísmo cautiva a los
artistas vanguardistas de París, produciéndose un resurgimiento del mismo. El
Zurich dada, con la diáspora de sus refugiados, se había acabado.
Desde Zurich se expandió hacia Alemania y hacia
Francia. En París es ya el movimiento de moda en 1923.
El dadaísmo deja en herencia al arte del siglo XX
valores trascendentes, como es la importancia de la imaginación, el azar y el
automatismo que recoge el surrealismo y, más adelante, el expresionismo
abstracto; así como la desaparición de la validez única de los géneros
artísticos convencionales para primar la idea de proceso artístico frente a la
de producto u obra de arte, anticipo de los happening. En la creación artística
es tan importante el artista creador como el espectador que es quien completa
la obra. Deviene de ahí la justificación del objeto encontrado, y la obligación
del destinatario de cuestionarse las realidades artísticas ya aceptadas.
Con el fin de expresar el rechazo de todos los
valores sociales y estéticos del momento y todo tipo de codificación, los
dadaístas recurrían con frecuencia a la utilización de métodos artísticos y
literarios deliberadamente incomprensibles, que se apoyaban en lo absurdo e
irracional. El dadaísmo literario se traduce sobre todo, en la actividad
panfletaria (los siete manifiestos y numerosas revistas) y en la celebración de
escandalosos festivales, a caballo entre el recital poético, el teatro de
cabaret y la parodia sangrienta. En realidad se trataba de antiespectáculos, en
los que los dadaístas, más que obras, se exhibían a sí mismos en las actitudes
más provocadoras.
Sus representaciones teatrales y sus manifiestos
buscaban impactar o dejar perplejo al público con el objetivo de que éste
reconsiderara los valores estéticos establecidos. Para ello utilizaban nuevos
materiales, como los de desecho encontrados en la calle, y nuevos métodos, como
la inclusión del azar para determinar los elementos de las obras.
La famosa receta de Tristán Tzara para hacer un
poema dadaísta a base de tijeras, periódicos, azar y cola de pegar, debe
interpretarse más como otra manifestación panfletaria del humor de este autor
que al pie de la letra. En realidad, Tzara, como poeta y agitador, sabía que no
"divertía", sino que "irritaba".
El grupo de Nueva York
También la declaración de guerra llevó a la ciudad
americana a grupos de artistas refugiados. Entre ellos hay que destacar a
Duchamp y Picabia. Allí se integraron con las corrientes vanguardistas que
desde comienzos del siglo se estaban gestando en Harlem, Greenwich Village y
Chinatown.
Aunque Nueva York no era Zurich, ni existía ese
clima de refugiados políticos de la ciudad suiza, el espíritu iconoclasta,
recalcitrante y nihilista fue idéntico.
En marzo
de 1915 nace la revista "291", nombre tomado del número de la
casa ocupada por una galería de arte en la Quinta Avenida. Duchamp, Picabia,
Jean Crotti, como europeos refugiados, junto con los americanos Man Ray, Morton
Schamberg y otros dan vida al dada neoyorquino.
Obra de Francis Picabia.
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El grupo de Berlín
Tras la guerra, Alemania entra en una crítica
situación. Tras la revolución bolchevique, el partido Espartaquista alemán -la
izquierda socialista- ensaya también la revolución en Alemania. En toda esa
agitación social un grupo de artistas van a incorporarse a las tesis
izquierdistas: será el Movimiento dadaísta.
Salvador Dalí
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Procedente del grupo de Zurich, Richard
Huelsenbeck, trae a Berlín el espíritu dadaísta, pero mucho más radical contra
las anteriores escuelas vanguardistas (futurismo, cubismo). Junto con el poeta
Raoul Hausman promueve declaraciones y manifiestos a partir del "Dada
Club". Junto a los anteriores destacarán el pintor Georg Grosz, agudo
crítico del militarismo y del capitalismo alemán de aquellos años, y los hermanos
Herfelde, uno famoso divulgador de la técnica artística del fotomontaje,
otro indispensable editor de las obras dadaístas de aquellos años.
El movimiento dadá berlinés pasará a la historia
por la incorporación de las nuevas técnicas artísticas de difusión de ideas
entre las masas, principalmente el fotomontaje. La constitución de la República
de Weimar en 1919 marca el fin de los proyectos políticos dadaístas y la
resituación de este grupo en los marcos artísticos.
Carácter del Dadaísmo
El dadaísmo se puede considerar como el
primer movimiento artístico que se basa en el desarrollo de lo ilógico, de lo
absurdo. Su vigencia fue corta, pero ayudó a arraigar una serie de actitudes y
reflexiones que luego se plasmarán en el Surrealismo. El artista dadá es
productor de arte pero, asimismo, actitud humana. Tzara decía que el dadá
era "una fórmula de vida".
Sus principales rasgos pueden ser éstos:
·
Dadá es
el punto final de una evolución en el arte
No se trata de seguir desarrollando nuevas
propuestas a partir de lo anterior, sino conciencia del fin del camino y
actitud de "saltar la tapia" hacia algo nuevo, de ahí su profundo
rechazo incluso de las vanguardias previas (Futurismo, Cubismo).
·
Idea del
primitivismo, de la creación espontánea de la obra de arte.
El vitalismo dadaísta pasa por la reivindicación
del nihilismo, de la duda sistemática: "Todo es dadá - Desconfiad de
dadá". El artista dadá opta por la locura, la burla, el humor, el
exhibicionismo, incluso el terrorismo cultural como juego. Oposición a las
clásicas nociones de gusto y producción artística.
·
Integración
del artista en el mundo circundante
Para ello expondrán frecuentemente sus ideas a
través de manifiestos y revistas, subrayando los aspectos de denuncia de la
guerra, del capitalismo, de las ideas burguesas, de todo lo que para ellos es
un mundo caduco.
·
Importancia
del lenguaje en la experiencia colectiva del creador.
El lenguaje como fuerza natural del hombre, el
lenguaje como arma de provocación. Desde esa perspectiva la poesía no puede existir
para el placer sino para la provocación y la agresión. La técnica de Tzara
plasmada en su texto Para
hacer un poema dadaísta es bien ilustrativa de esa actitud.
A pesar de que el dadaísmo fue un movimiento de
poca duración, desempeño un papel importante debido a su valoración por lo
irracional y por qué dio paso a uno de los movimientos artísticos más
importantes del siglo XX: el surrealismo.
Características de la pintura dadaísta
·
“anti arte”, despreciando lo retórico y
academicista.
·
Integración de distintas técnicas: collage y
décollage
·
Feísmo
·
Liberación del subconsciente
·
Expresión libre de la forma artística
·
Eliminación de la composición clásica
·
Temática en la que predominan los mecanismos
absurdos.
Autores más representativos
·
Tristán Tzara: Principal representante
del dadaísmo de nacionalidad rumana. Editor, ensayista y poeta que fundó este
movimiento con Hugo Ball (escritor alemán), Jean Arp (artista alsiaciano) y
otros intelectuales.
·
Kurt Schwitters: Pintor y escritor alemán
que se destacó por sus colages realizados con papeles usados y otros materiales
similares.
·
Marcel Duchamp: Artista que expuso como
obras de arte productos comerciales corrientes (un secador de botellas y un
urinario), a los que denominó “ready-mades”.
Hans Arp, Soupault, Marx Ernst,
Tzara, Antonin Artaud, André Bretón, entre otros, se caracterizaron por sus
obras ilógicas que tenían como primera impresión la insolencia, la denuncia, y
el insulto.
Otros representantes (pero no
menos importantes) son Ribemont, Dessignes, Dermen, Arnaud, Breton, Argón, y
Soup Ault.
este articulo es de alto interés, quisiera saber como se llama el Autor de quien subió este articulo gracias!
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